10.11.10

Mis pequeños placeres.

Siempre había escuchado decir a mi madre que era un auténtico placer, cada mañana, prepararse a solas su desayuno para después disfrutarlo tranquilamente y también a solas. Nunca llegué a entenderla, siempre me ha parecido un poco triste comer a solas.
Sin embargo, comienzo a entender a lo que se refería, disfruto cada mañana al entrar a la cocina ,a solas, enciendo la cafetera, corto el pan, lo coloco en la tostadora, espero impaciente a que salte para ponerle rápidamente la margarina que se funde, ponerles un chorrito de miel... presiono el botón de la cafetera, me embriago con el olor del café... Y luego disfruto, a solas, de cada tostada, mordisco a mordisco, calentando mis manos con la taza de café, degustando cada gota... El desayuno solitario de cada día se ha convertido en uno de los pequeños placeres que estoy descubriendo ultimamente, en mi nueva vida.

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